Moja es Checa, nació en Praga el 13 de diciembre de 2004, y seguramente fuera martes, por el dicho, ya que Moja resultó ser un terremoto desde el día en que nació.
Fue la primera gorila en nacer en el zoo de Praga, uno de los mejores del mundo, (de ahí su nombre "Moja" que significa primera en swahili) por ello, creo que, tanto los cuidadores y la dirección de zoo como los visitantes, e incluso el resto de su familia gorila, la trataron como una princesa haciendo realidad todos sus deseos y permitiéndole transgredir alguna que otra norma. Era la niña mimada de su papá, Richard, y puede que eso contribuyera a que se convirtiese en la princesita caprichosa que es hoy en día.
Yo la llamo Destructmojis porque la encanta romperlo todo, desde que llegó hemos tenido que remodelar la instalación un millón de veces, cada vez que Moja se aburre. Por eso procuramos mantenerla todo el día entretenida con juegos y enriquecimientos, Además es la encargada de recoger los juguetes del recinto, nos trae las pelotas, botellas, los recipientes del yogur o cualquier cosa que se caiga en el recinto, previa inspección minuciosa, por descontado, no sea que se hayan olvidado algo de comida dentro. Desde luego que nunca pasa desapercibida y siempre está inventando nuevas travesuras. Moja es mamá desde hace tres años pero eso no la ha hecho madurar mucho y sigue siendo tan revoltosa y juguetona como una adolescente.
Moja es una superestrella de la televisión, en la República Checa todo el mundo la conoce gracias a un programa de televisión tipo "Gran Hermano", llamado algo así como "descubiertos". En el se podía ver a la familia de gorilas en la que vivía Moja diariamente, mediante un sistema de cámaras de vídeo que grababan 24 horas al día el recinto de los gorilas. Luego hacían debates y estudiaban su comportamiento como
hacemos aquí con el gran hermano, aunque esta versión Checa del programa de la Milá, al menos a mi, me parece mucho más interesante e instructiva. Gracias a Moja y su familia gran parte de la población Checa conoce a los gorilas, no sólo a los que viven en Praga, o en otros zoos, sino de muchos que viven en libertad. Están muy concienciados con el problema de la destrucción del hábitat y de la extinción inevitable de los gorilas, que ocurrirá en muy pocos años si no cambia la tendencia actual. Y gracias a ellos, a los fans y a las iniciativas del zoo se recogen fondos y colaboran con programas de conservación in situ, que es la única oportunidad que tienen los pocos gorilas que aún viven en libertad en su hábitat natural. Bravo por ellos y por Moja que tiene mucho que ver en ello.